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From a Bishop's Desk

A series of opinion articles and essays from bishop's of the Evangelical Lutheran Church in America, and ecumenical partners.

 

Giving Thanks | Dando Gracias

Nov 23, 2024
Peace and blessings, dear followers of Jesus.
 
“For what are you grateful right now?”
“What role does gratitude play in your day-to-day life?”
“If you were to increase your gratitude, what might happen?”
 
As I did my daily devotion the other day, listening to the podcast “Pray as You Go,” the narrator asked these questions reflecting on the account of Jesus healing the ten people with leprosy and one returning to express gratitude. The questions caught my attention, especially the last one. I wasn’t feeling particularly grateful that day. The concerns of our synod and events in the world were making me anxious, and I was having a hard time focusing on the many positive realities in my life. The problems and challenges seemed bigger.
 
Do you ever engage your devotional life as an obligation to “check a box?” I do, sometimes. I think I was in that frame of mind; it was something I should do. And then the narrator asked, “If you were to increase your gratitude, what might happen?” Well, at that moment, there was nowhere to go but up! And I began to wonder and experience a shift in thinking and acknowledgment of God’s overwhelming goodness in my life. Recently, I have been reflecting on the fruits of the Spirit St. Paul mentions in Galatians 5. The second is ”joy.” When I did a word study on “joy” (“chara,” in Greek), I discovered that joy could be understood as Great Thanksgiving; “megale euchariste” in the Greek. You already see the connection to our liturgy and the Great Thanksgiving, which begins our celebration of the Lord’s Supper. In fact, the word “joy” is right there in the middle of “euCHARiste!”
 
What do I have to be thankful for? As Christians, we freely and boldly acknowledge that, without God, we have nothing. So, in light of anything and everything I have, I have a reason to be grateful. And not just grateful but extravagantly grateful — megale euchariste!
 
Increasing my gratitude, even just a fraction, completely shifted my focus. The problems and challenges didn’t go away; they just got smaller and more manageable in light of the abundance of blessings God extravagantly pours into my life on a daily basis. And that I then get to share in extravagant joy and generosity! As we approach our National Day of Thanksgiving, no matter what that celebration might look like for you, I invite you to reflect with me on how even the smallest increase in gratitude can strengthen your faith and change your perspective.
 
And then, go live like Christ in your community.
 
In gratitude for You,
Bishop Egensteiner
 
 
 

Dando Gracias

Paz y bendiciones, queridos seguidores de Jesús.
 
«¿De qué estás agradecido en este momento?».
«¿Qué papel juega la gratitud en tu día a día?».
«Si aumentaras tu gratitud, ¿qué podría suceder?».
 
Mientras hacía mi devoción diaria el otro día (escuchando el podcast «Pray as You Go») el narrador hizo estas preguntas mientras reflexionaba sobre el relato en el que Jesús sanó a diez leprosos y sólo uno regresó para expresarle gratitud. Las preguntas me llamaron la atención: especialmente la última. Ese día no me sentía especialmente agradecido. Las preocupaciones de nuestro Sínodo y los acontecimientos del mundo me estaban inquietando, y me costaba centrarme en las muchas realidades positivas de mi vida. Los problemas y los retos parecían mayores.
 
¿Alguna vez tu vida devocional se ha transformado en una obligación de «cumplir con el requisito»? La mía sí, a veces. Pienso que estaba en ese estado de ánimo: era algo que debía hacer. Y entonces el narrador preguntó: «Si aumentaras tu gratitud, ¿qué podría pasar?». Bueno, en ese momento, ¡sólo podía acudir hacia lo alto! Y empecé a cuestionarme, a experimentar un cambio en mi forma de pensar y a reconocer la abrumadora bondad de Dios en mi vida. Recientemente he estado reflexionando sobre los frutos del Espíritu que san Pablo menciona en Gálatas 5. El segundo es la «alegría». Cuando estudié la palabra «alegría» («chara», en griego), descubrí que alegría podía interpretarse como Gran Acción de Gracias: «megale euchariste» en griego. Ahí podemos ver la conexión con nuestra liturgia y la Gran Acción de Gracias, que inicia nuestra celebración eucarística. De hecho, la palabra «alegría» está justo ahí, en medio de «euCHARiste».
 
¿De qué tengo que estar agradecido? Como cristianos, reconocemos -libremente y con valentía- que, sin Dios, no tenemos nada. Así que, a la luz de cualquier cosa y de todo lo que poseo, tengo una razón para estar agradecido. Y no sólo agradecido, sino extremadamente agradecido: ¡megale euchariste!
 
Aumentar mi gratitud, aunque sólo fuera un poco, cambió por completo mi enfoque. Los problemas y los retos no desaparecieron: simplemente se hicieron más pequeños y más manejables; a la luz de la plétora de bendiciones que Dios derrama abundantemente en mi vida cada día. ¡Y entonces, puedo compartir en alegría y generosidad abundantes! A medida que nos acercamos a nuestro Día Nacional de Acción de Gracias (y sin importar lo que esa celebración signifique para ti), te invito a reflexionar conmigo sobre cómo, incluso el mínimo aumento de gratitud, puede fortalecer tu fe y cambiar tu perspectiva.
 
Y entonces, ve a vivir como Cristo en tu comunidad.
 
En gratitud por ti,
Obispo Egensteiner
 
 
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